1.- El grosor
Tamaño: La consecuencia a la que debemos tener mayor respeto cuando cambiamos el grosor del hilado, es el cambio de tamaño en la prenda final. El grosor del hilado es una de las variables que determinan, y mucho, el tamaño de la prenda.
Aspecto: No siempre funciona el diseño original si cambiamos el grosor del hilado ya que
El tejido con hilado fino: es más sútil, más ligero,
El tejido con hilado grueso: es contundente, voluminoso.
Así es que si hemos elegido un patrón de hilado fino, mucho cuidado al cambiar el grosor. No digo que no pueda funcionar, pero además de requerirte un arduo trabajo de adaptación en la talla, el resultado será muy diferente al original.
Para las que estáis empezando, yo no recomiendo en absoluto cambiar el grosor, pues podemos llevarnos sorpresas desagradables, con la consecuente frustración.
El grosor del hilado será tema recurrente en próximas entradas, ya que como he dicho, es una de las variables en el tricot. Por el momento, me limito a destacar que, dentro de las categorías estándar de grosores, por ejemplo fingering, hay variaciones sutiles (que puedes reconocer a partir de la variación de metros/yardas que tiene el ovillo del mismo peso, en comparación con el del patrón original). De esta forma, si eres una tejedora de tensión suelta, puedes optar por elegir una opción más gruesa manteniendo el mismo número de agujas que te propone el patrón, esto variará un poco el tamaño de la muestra pero conseguirás un aspecto más parecido al del diseño original.
Sobre la tensión y cómo identificarla y trabajar con ella, os hablaré, también, próximamente.
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2.- La composición:
Soy ecologista convencida, así es que yo lo tengo claro: no tejo con fibras artificiales. Así que hablaré sólo de fibras de origen natural (también las sintéticas merecen mis respetos). Los motivos que me llevan a usar sólo este tipo de fibras y no otros, los podéis encontrar en esta entrada, en la que os explico porqué tejer con hilados naturales. Ahora, me centro en cómo la composición afecta al aspecto final de la prenda
Textura: la textura afecta al tipo de prenda resultante. Un mismo diseño con hilos de distinta composición puede resultar muy distinto.
Prendas sofisticadas:
Brillo: lo obtendremos con seda Mulberry, o bambú (Viscosa).
Vaporosidad: con Mohair, Suri Alpaca o cualquier hilado de pelo largo.
Prendas para todos los días:
Para el invierno: la lista es larga y el mercado nos ofrece maravillas: Lana (con gran variedad de razas), Cashmere, Alpaca, Camel, Yak… y seguro que alguna más que olvido, o aún no conozco…
Para el verano: un algodón, solo o en compañía de otra fibra de origen vegetal y/o animal.
Caída : es importante saber el comportamiento de los materiales a este respecto. Si, por ejemplo, vamos a tejer un diseño con mangas voluminosas, no debemos usar materiales que aporten peso y caída ya que será complicado conseguir el volumen deseado.
Prendas sueltas, con caída: Seda, lino, bambú (viscosa). No tiene que ser pura; cualquier combinación que contenga alguno de ellos, contará con esta cualidad.
Prendas rígidas, contundentes, con volúmen: la lana para el invierno y el algodón para el verano.
También en la textura y caída final de la prenda afecta la tensión, como os contaré en su correspondiente entrada.
3.- La Torsión de la hebra
La torsión del hilado es un aspecto que casi nunca se tiene en cuenta a la hora de elegir y, sin embargo, creo que es un elemento de suma importancia, ya que afecta a
Resistencia de la prenda: Los hilados de una sola hebra, sobre todo lo que no tienen tratamiento superwash (que se pueden lavar en lavadora), son hilados más débiles, que se rompen con más facilidad al tejerlos. Esto no significa que nuestra prenda vaya a romperse más fácilmente, puesto que el propio tejido ya los hace resistentes. Por el contrario, los hilados que contienen mayor número de hebras: hilados que requieren ser torsionados en su proceso de fabricación para que no se nos abra el hilo a la hora de tejerlo, son más resistentes.
Ojo! No es lo mismo resistencia, que durabilidad. Las prendas tejidas con hilados naturales, son durables en igual medida, usemos la torsión que usemos: es la materia prima la que determina su longevidad. Sin embargo, como es normal, cada prenda, dependiendo del uso que le vayamos a dar, requiere de mayor o menor resistencia a roces. El ejemplo más evidente, lo encontramos en los hilados especiales para tejer calcetines que requieren de mayor torsión en la hebra, formada por 6 o más hilos y con mayor torsión.
Definición del tejido final: Las diferencias aquí, resultan sutiles y, en ocasiones, pasan inadvertidas. Yo pienso que, justo esas sutilezas, son las que definen la excepcionalidad de las prendas. Por ello, no está de más, tenerlas en cuenta a la hora de elegir
Una hebra: los puntos resultan limpios, sin textura interna.
Varias hebras: el punto tiene textura interna: mientras más torsión tiene el hilo, más textura tendrá el punto.
Facilidad en el tejido: este aspecto no afecta al diseño, sin embargo es un dato importante para todas las que estáis empezando. Cuando las hebras tienen más torsión, es menos probable que se abran al tejerlas, por lo que resulta más fácil. Los hilados de una sola hebra tampoco se abren, sin embargo aquí, el riesgo está en tejerla por la mitad: al principio, cuando estamos aprendiendo, estamos más pendientes de que no se nos escapen los puntos que de la propia hebra y, a veces, la tejemos introduciendo la aguja por la mitad de la misma. Así, sin darnos cuenta, acabamos nuestra vuelta con algunos puntos más de los que empezamos…
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